Después de una reñida carrera de ingeniería espacial entre la Unión Soviética y los Estados Unidos de Norteamérica, será esta segunda potencia la que se alce con el premio de posar por primera vez al ser humano sobre la Luna. El hecho ocurrió, ante la atenta mirada de unos 600 millones de televidentes, un 20 de Julio de 1969. Este hito histórico se materializó gracias al trabajo de miles de hombres de ciencia, pero lo que todo el mundo pudo ver en sus pantallas, fue a los héroes Buzz Aldrin, Michael Collins y Neil Armstron, el primer hombre que dejó impresa aquella icónica huella sobre la superficie lunar. Al descender desde el módulo y pisar nuestro satélite, pronunció una frase que pasó a los anales de la historia, “un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”. El grito de ¡tierra!, que pronunció Rodrigo de Triana al avistar el Nuevo Mundo, fue solo un clamor de júbilo por la segura supervivenciade aquellos navegantes; en cambio,Armstrong hubo de rubricar aquel momento histórico con una sentencia digna de cincelarse, y que llevaba implícita toda una carga ideológica que mostraba al mundo el triunfo de un sistema sobre el otro.
Como todos los años, este próximo mes de Junio se desarrollarán los exámenes de selectividad. Por el alto índice de aprobados en esta prueba, se podría reconocer como un simple rito de paso de la adolescencia a la madurez en el sector estudiantil.
Recuerdo,como si fuera hoy, los nervios previos al primer examen, verme rodeado de otros alumnos con carillas de ir al matadero, tener el carné preparado en mi mano esperando la llamada, el momento en el que dijeron mi nombre para entrar en el aula, y el silencio sepulcral en aquella clase donde vigilaban el examen unos profesores desconocidos para mí.
Quizá lo peor era, una vez realizadas las pruebas, la incertidumbre posterior hasta conocer la media de la nota final, que designaría las opciones que tendríamos de estudio, y el lugar donde podríamos desarrollarlo. Y a partir de ese momento, sentimos que comenzamos a caminar solos, por un itinerario vital en el que avanzamos por unas u otras veredas, en las que muchas veces nos perdemos o equivocamos. La mayorparte del tiempo pensamos que andamos solos por esa vida, y no nos damos cuenta del bagaje que cargamos ya sobre nuestros pocos años.
Que nuestra personalidad y nuestros actos, serán el resultado del aprendizaje que hemos acumulado durante la experiencia desarrollada en los distintos ámbitos por losque hemos pululado.
Entre ellos destaca,evidente, la familia, que nos ha ido guiando hasta llegar a este punto, y que desde luego,seguirá tratando de influirnos, pero el protagonismo, llegado el momento, es plenamente nuestro, para bien o para mal.
Los jóvenes que se enfrentarán durante los próximos días a la temida Selectividad, deberán afrontar unos tiempos bastante inciertos, sobre todo para nuestro país, en los que se aúnan una concatenación de crisis económicas, con otras de identidad, de valores, demográfica, laboral, de soberanía y de las instituciones. Junto a los presentes, a ellos les tocará bregar con esa retahíla de problemas, y como en aquel pequeño pero importante primer paso de Armstrong sobre la Luna, el que dé y hacia donde lo dé esta generación que comienza su libre andadura,será vital para que suponga un salto o un retroceso de la futura humanidad.