En el mes de noviembre de 2008 el paro registrado en las oficinas del SEPE cruzó la barrera de los 3 millones de personas.
Hoy, casi 14 años después, les puedo comunicar que el paro registrado vuelve a estar por debajo de ese umbral simbólico de 3 millones de personas. Exactamente son 2.922.991 personas.
Han pasado 161 meses en los que las cuatro ministras y ministros que me precedieron no pudieron dar esta noticia.
Para mí es una enorme satisfacción poder anunciarlo hoy aquí, en el Congreso de los Diputados porque el paro sigue siendo el principal problema económico al que se enfrenta nuestro país desde hace cuatro décadas.
No quiero ocultar que mi peor día al frente del Ministerio fue el 28 de febrero de 2021, cuando las restricciones a la actividad para combatir la pandemia hizo que el paro registrado superara los 4 millones de personas.
Solo fue un mes, pero para mí el peor momento porque parecía que, otra vez, como ocurrió en las crisis anteriores, volveríamos a sufrir tasas de paro por encima del 20%.
Pero esta vez fue diferente. Gracias al dialogo social, a los ERTE y a los mecanismos de protección de autónomos y asalariados, fuimos capaces de proteger el empleo y el tejido productivo, lo que ha permitido una rápida recuperación del mercado de trabajo.
Desde febrero de 2021 el paro registrado se ha reducido en más de 1 millón de personas, en 1.085.798 exactamente, que es la mayor caída en 15 meses de toda la serie histórica.
Una cifra que equivale a una reducción del 25%, lo que significa que 1 de cada 4 personas ha salido de las listas del paro.
Pero hoy me quiero detener en la evolución del paro en los dos colectivos que más lo sufren: las mujeres y los jóvenes.
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