Decisiva
El 7 de octubre de 1571 se libró en Lepanto una batalla naval decisiva. La Liga Santa frenó la expansiónotomana en el Mediterráneo. Un testigo de excepción, Miguel de Cervantes Saavedra —“el manco de Lepanto”, porque le hirieron en la mano izquierda—,calificó la batalla en las Novelas Ejemplares como “la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros”. Al pensador y escritor inglés Chesterton le sirve este enfrentamiento naval en el golfo de Patras, cerca de la ciudad griega de Naupacto (Lepanto), para contraponer el determinismo de la filosofía islámica con el libre albedrío del catolicismo. El ministro del imperio otomano restaba importancia a la victoria católica — “chamuscarse la barba”— aunque supuso la muerte de Alí Bajá y 40.000 turcos, más 200 galeras hundidas; pese albalance de cuatro veces mayor número de bajas y casi veinte veces más galeras hundidas. La épica de lacoalición del imperio español de Felipe II y la república veneciana, impulsada por los Estados Pontificios, para Jorge Luis Borges entrañó “una de las páginas de hoy que las generaciones del futuro no dejarán morir”. La célebre frase del autor del Quijote, no parece una exageración, y Lepanto fue una batalla realmente decisiva en la historia. En este sentido, el historiador y especialista naval Agustín Rodríguez González, en “Lepanto, la batalla decisiva” (editorial Sekotia) realiza una comparación entre las principales batallas navales, salvando las distintas épocas históricas. Así, la batalla de Salamina (480 a.C.), que significó la libertad de Grecia clásica frente a la invasión del imperio persa; en total eran 165.000 hombres y 780 embarcaciones. Representa la batallamás parecida a la de Lepanto, que con 540 embarcaciones (galeras, galeazas y bergantines)desplegó en total 170.000 hombres. En la batalla de Actium (31 a.C.), la cuarta guerra civil de la república romana, se dilucidaba quién controlaría el imperio y el Mediterráneo; se enfrentaron Octavio y Agripa a Marco Antonio y Cleopatra que acabaron huyendo. En Gravelinas (1588) la flota de Medina Sidonia combatió contra los ingleses de Howard. La batalla de Trafalgar (1805) estaba formada por contendientes ingleses, franceses y españoles; no constituyó una batalla decisiva, porque la hegemonía británica estaba asentada y Napoleón ya había abandonado los planes de invasión de Inglaterra. En Jutlandia (1916) se libróen las costas de Dinamarca el mayor combate entre acorazados de la historia, entre alemanes e ingleses,durante la Primera Guerra Mundial. En la Segunda Guerra Mundial, en 1944, se disputaban Filipinas entre los estadounidenses y los japoneses, en el Golfo de Leyte; con la guerra ya decidida, tampoco tuvo influencia decisiva. Las dos únicas batallas navales que superan a Lepanto en naves y personas fueron Salamina y Actium. Al elogiar Cervantes la batalla de Lepanto no se refiere tanto a la magnitud numéricacomo al logro alcanzado: poner fin a la armada otomana y evitar con ello la invasión de Europa. La batalla de Lepanto posibilitó que Felipe II comisionaraa Miguel López Legazpi a conquistar Filipinas, que constituiría el enclave asiático del imperio español; se creó la ruta comercial del Galeón de Manila,estableciendo un intercambio comercial de especias y productos entre China y México; de esta forma se forjó una influencia cultural y de evangelización cristiana en América, Asia, África y Nueva Zelanda. La gesta histórica de la batalla de Lepanto en el mar, presenta su equivalente, con varios siglos de distancia, con la batalla de las Navas de Tolosa por tierra; las dos significaron un punto de inflexión para preservar el devenir de los valores de Occidente. A Juan de Austria, hermano del rey, le nombraron capitán general de la coalición católica, que estableció la orden de navegación y combate en Lepanto: “Deben tener mucho cuidado los que gobiernan la Armada de mantener vivo en sus gentes el espíritu religioso, tal que Dios Nuestro Señor nos ayude en la santa y justa empresa que llevamos”. En Roma, el papa Pio V, invitaba a todos los católicos a rezar el santo Rosario—arma poderosa— en esta misión decisiva. La victoriaen Lepanto se atribuye a la intercesión de la Virgen. Por este motivo se asocia Lepanto a Nuestra Señora del Rosario, y el mes de octubre al “mes del Rosario”, laoración que más le agrada a la Virgen.