73.200 horas después, regresa el Real Jaén a categoría nacional
Lorca, 7 de septiembre de 2025.
El reloj marcaba las 19:00 horas cuando el Real Jaén volvía a escuchar el silbato inicial en categoría nacional, 73.200 horas —3.050 días, más de ocho años— después de su último partido en Segunda B. Fue en el campo de La Condomina, ante el UCAM Murcia, un doloroso descenso que abrió un largo periplo por el fútbol provincial. Hoy, en el Artés Carrasco de Lorca, la historia comenzó a escribir un nuevo capítulo: el de un club que se ha levantado de sus cenizas y que vuelve a soñar con el fútbol grande.
El equipo de Manolo Herrero saltó al césped con la garra y el orgullo de quien representa a una afición inquebrantable. No fue un inicio sencillo. El Lorca Deportiva, empujado por su público, salió con mucha intensidad y durante los primeros veinte minutos el Real Jaén se vio obligado a resistir. Ahí emergió la figura de Rabanillo, un guardián bajo palos que se erigió en héroe con intervenciones decisivas, evitando que los locales se adelantaran.
Poco a poco, el conjunto blanco se sacudió la presión y empezó a imponer su fútbol. Adri Paz tomó el timón en el centro del campo, Mario Martos y Óscar Lozano aportaron calidad y desborde, mientras que Agus Alonso se convirtió en una pesadilla para la defensa lorquina. La ocasión más clara llegó en sus botas: un disparo a bocajarro tras una gran jugada colectiva que obligó al portero rival a realizar una parada milagrosa.
El segundo tiempo fue un ejercicio de madurez. Herrero movió el banquillo con inteligencia, dando entrada a jugadores como Maroto, Vizcaíno, Pablo Díaz y Rivera, manteniendo la intensidad hasta el pitido final. Aunque el gol se resistió, el empate 0-0 supo a victoria: el Real Jaén sumó su primer punto en Segunda RFEF y, sobre todo, dejó claro que ha vuelto para quedarse.
Más allá del resultado, el mensaje fue contundente: el Real Jaén ha regresado al lugar que merece. La afición, que se desplazó en buen número hasta Lorca, no dejó de cantar durante los noventa minutos, tiñendo de blanco y morado las gradas del estadio murciano. Ellos son los verdaderos artífices de este renacimiento, quienes nunca abandonaron al club incluso en los momentos más oscuros.
Ahora, la mirada ya está puesta en el próximo domingo, cuando La Victoria volverá a abrir sus puertas a la Segunda RFEF. Será ante el Extremadura, en una cita que promete ser histórica. El coliseo jiennense rugirá como nunca para recibir a un equipo que, tras años de lucha, ha vuelto al mapa del fútbol nacional.
El camino será largo y exigente, pero hoy, en Lorca, quedó demostrado que el Real Jaén ha recuperado algo más importante que una categoría: su orgullo, su identidad y su esperanza. Porque este club no entiende de rendiciones, solo de resurrecciones.
73.200 horas después, el Real Jaén vuelve a soñar.