Hace unos años se hizo tremendamente popular un vídeo de a penas dos minutos, fechado en 1958 y protagonizado por una de las figuras más relevantes del siglo XX, GamalAbden-Násser. En esa intervención, el dirigente egipcio, que trataba de sacar del retraso colonial y social a su país, hacía la siguiente declaración: “me he encontrado con el líder de los Hermanos Musulmanes, nos sentamos y me expresó sus demandas. ¿Qué me solicitó? La primera cosa que me pidió, era convertir en obligatorio el uso del hiyab en Egipto, y exigir que toda mujer que camine por la calle lleve pañuelo… En mi opinión, dentro de su hogar cada persona elige sus propias reglas. Y él contestó: no, como presidente es usted responsable. Yo le dije, señor, usted tiene una hija en la Escuela de Medicina, y ella no lleva pañuelo, ¿por qué no le ha obligado?…Si usted no puede obligar a una persona… ¿usted quiere que yo solo ponga un pañuelo a diez millones de mujeres?”
La hoy dirigente del Partido Liberal de Suecia, Nyamko Ana Sabuni, ejerció como ministra de Integración y Equidad de Género desde el año 2006 al 13, habiendo sido la primera persona de origen africano en llegar a tan altas cotas de poder en el país escandinavo. De origen burundés, llegó a Suecia con doce años como refugiada con su familia, que en 1981 solicitó asilo político. Hace unos meses, hacía una interesante entrevista en el popular periódico Expressen, poniendo en entredicho las políticas de inmigración llevadas a cabo en Suecia. Nos contaba la facilidad con la que se otorga por ejemplo la reunificación familiar a personas con residencia que supuestamente debería ser temporal, o también explicó, que ante los solicitantes de asilo, faltan filtros eficientes que no permiten diferenciar a los inmigrantes económicos cuya vía de entrada debe ser diferente de aquellos otros. También expresó los altos costes, no solo sociales sino también económicos, que producen este tipo de políticas buenistas, cuando subrayó, “que el sistema de seguridad social, las subvenciones y ayudas, crean muchos problemas diferentes. Si estás desempleado y tienes subsidios por tener un hijo, por tener familia numerosa, ayudas por la vivienda y asistencia social… si tienes todo esto gratis ¿para qué vas a trabajar?”. En definitiva, esta mujer, refugiada y de raza negra, pero totalmente integrada en la sociedad que dio a su familia una oportunidad de vida,sentenciaba literalmente que, “el multiculturalismo no funciona”.
El multiculturalismo, si queremos pensar bien y no ser retorcidos, ha sido un intento de integración muy ingenuo, que está llevando a la desintegración de Europa. Es un concepto extremadamente pernicioso, que se cimentaen el error de equiparar a todas las culturas. Que Dios conserve el rigor a quien compareen igualdad la cultura tradicional europea, con una basada en un sistema de castas impermeables, o en aquellas en la que el honor se basa en la conservación del himen de sus mujeres. Y el error continúa, cuando ese pensamiento buenista pretendió, que todas las personas que llegasen a Europa de diferentes culturas, vivieran en armonía bajo el mismo techo y sin roce alguno, pensando que el trilema de la revolución francesa se ha extendido por el mundo como una mancha de aceite y ha impregnado todo el orbe, sin entender que la densidad de ciertas civilizaciones es como la del agua, y no permite la mezcla con ese aceitoso liberté, egalité, fraternité. Otro gran error de la imaginación naif de los próceres del multiculturalismo es, que en esa convivencia idílica no existirían guetos donde, como en aquellas declaraciones que hizo Nasser sobre el líder de los Hermanos Musulmanes, la población autóctona se sintiera presionada para cambiar a unos hábitos sociales fanáticos, retrógrados y ajenos a nuestra cultura, y curiosamente todo esto sucede en barrios sencillos de trabajadores, por donde nunca asomará ninguno de aquellos bien pensantes que dieron luz a esas políticas tan, entre comillas, progresistas.
https://youtu.be/LYjzsLAeU4A