Tensión diplomática: Sánchez anuncia veto a vuelos militares con destino a Israel, pero EE.UU. seguirá operando en Rota y Morón
La política exterior española vuelve a estar en el centro de la polémica. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este fin de semana que España prohibirá la entrada en su espacio aéreo a aeronaves militares extranjeras que transporten armamento con destino a Israel, en respuesta a la escalada bélica entre el Estado hebreo e Irán. Sin embargo, el alcance real de esta medida es limitado, ya que Estados Unidos podrá continuar utilizando las bases militares de Rota y Morón sin necesidad de informar al Ejecutivo español sobre el destino final de su material bélico.
Un veto simbólico con excepciones importantes
El anuncio de Sánchez fue presentado como una medida firme en defensa de la paz y los derechos humanos, pero el marco legal actual impide aplicarlo plenamente.
El Convenio de Cooperación en Defensa entre España y EE.UU., firmado y renovado por diferentes gobiernos desde 1988, concede a las fuerzas estadounidenses un uso compartido y preferente de estas bases estratégicas.
En virtud de este acuerdo:
- Washington solo debe notificar a España si los aviones transportan explosivos o municiones.
- No tiene obligación de detallar si el material está destinado a Israel u otro país.
- España solo puede vetar la carga o descarga en territorio nacional, no los vuelos en tránsito.
Esto significa que el Gobierno no podrá impedir que armamento estadounidense cruce por las bases andaluzas y, eventualmente, llegue a Israel, algo que debilita el mensaje político lanzado por Moncloa.
Movimientos militares crecientes en Andalucía
En los últimos días, vecinos de Morón de la Frontera han notado un incremento del tráfico aéreo militar, con la presencia de aviones cisterna KC-135 y bombarderos estratégicos.
Este aumento coincide con la intensificación del conflicto entre Israel e Irán y con operaciones de refuerzo de Estados Unidos en la región.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, confirmó estas maniobras y defendió que “se ajustan al convenio y a la legalidad internacional”, al tiempo que subrayó la importancia de estas bases para la seguridad colectiva de la OTAN.
Críticas y choque político en España
El anuncio de Sánchez ha provocado reacciones inmediatas en el panorama político nacional.
- El Partido Popular (PP) ha acusado al presidente de “engañar a los españoles” con un veto que, en la práctica, no afecta a los aliados de la OTAN.
- Vox ha denunciado la medida como “un gesto propagandístico que debilita la posición estratégica de España”.
- Sumar y Podemos, en cambio, han reclamado ir más lejos, pidiendo una revisión integral del convenio con Estados Unidos e incluso el cierre de las bases.
Esta división política refleja la complejidad de la política exterior española, que debe equilibrar la defensa de los derechos humanos con los compromisos internacionales y las obligaciones dentro de la OTAN.
Washington, atento y preocupado
En Estados Unidos, la decisión de Sánchez ha generado malestar, aunque por el momento la Administración Biden ha optado por la cautela.
No obstante, figuras del ámbito militar y diplomático han expresado públicamente su descontento. El general retirado Robert Greenway llegó a plantear la posibilidad de trasladar estas bases estratégicas a Marruecos, una idea que los expertos consideran poco realista pero que refleja la tensión actual entre ambos países.
Conclusión: España, en una encrucijada estratégica
La polémica en torno a Rota y Morón evidencia la posición delicada de España en el tablero internacional.
Por un lado, Sánchez busca enviar un mensaje político contundente sobre la guerra en Oriente Medio; por otro, debe preservar la relación con Estados Unidos, principal socio militar y garante de la seguridad en el Mediterráneo y el Sahel.
Mientras el conflicto entre Israel e Irán sigue escalando, las bases andaluzas continúan siendo un punto neurálgico para las operaciones de la OTAN, y todo apunta a que seguirán siendo utilizadas por Washington, más allá de las declaraciones políticas de Moncloa.