Doce años de lucha y libertad: el sueño que nació en un pequeño rincón y se convirtió en un grito de resistencia
Aquí comenzó todo. Una pequeña habitación, un escritorio sencillo y una computadora fueron testigos de los primeros pasos de un proyecto que hoy cumple doce años. Doce años de lucha, de sacrificio, de pasiones compartidas y sueños perseguidos. En estas paredes se respira historia: bufandas que reflejan lealtades eternas, libros que guardan conocimiento y recuerdos, fotografías que evocan afectos y momentos irrepetibles.
Durante este tiempo, no ha sido un camino fácil. Han sido doce años de sufrimiento y también de alegrías, donde defender ideas y principios ha supuesto enfrentarse a ataques por no ser políticamente correcto. Sin embargo, la convicción siempre fue más fuerte que las críticas.
A lo largo de este trayecto, muchos se acercaron pidiendo ayuda: políticos, dirigentes deportivos y personas que necesitaban una mano tendida. Esa ayuda se ofreció sin esperar nada a cambio, aunque muchos de aquellos que prometieron cumplir, luego dieron la espalda. Pero aquí se sigue, firme, porque este proyecto no se levantó por intereses personales, sino por un sueño más grande: el de la libertad y la verdad.
Doce años son mucho más que tiempo. Son aprendizaje, heridas y cicatrices que hoy se transforman en experiencia. Son la prueba de que, aunque los caminos estén llenos de obstáculos, se hacen caminando, paso a paso, con esfuerzo y fe.
Este pequeño rincón, lleno de símbolos, recuerdos y pasión, representa el punto de partida de una historia que aún sigue escribiéndose. Porque mientras exista ilusión, mientras haya un sueño por alcanzar, este viaje continuará. Doce años después, la meta sigue siendo la misma: caminar hacia la libertad, con la mirada en alto y el corazón firme.